Sentir el aquí y el ahora
Hace unos días andaba un poco agobiado y decidí hacer lo que hace mucho tiempo mi cuerpo me estaba pidiendo a gritos ¡Muéveme!, así que me lo llevé a hacer un poco de “running”.
He de confesar que nunca ha sido de los deportes que más me
apasione y siempre, antes de decidirme a salir, he mantenido conmigo mismo un
diálogo interno con tal de no ir, pero esta vez fue algo diferente, algo cambió...
Yo
1: - ¡Buf! Que pereza ahora ponerme a correr, con la de cosas que tengo que
hacer…
Yo
2: - Va Albert, mira que tripa tienes, venga que ¡te irá bien quemar un poco de
calorías!
Yo
1: - Tienes razón aunque sea sólo por eso debería ir, pero es que no me apetece
nada…
Yo
2: - Venga despeja la mente un rato y tu cuerpo te lo agradecerá.
Yo
1: - Si tienes razón, pero no estoy motivado, me canso rápido y luego me tiro 3
días con agujetas, además no me gusta.
Yo
2: ¿Y si lo haces en plan “Mindfulness”? ¿Eso
que tanto se lleva del “aquí y el ahora”, de ser consciente en cada momento, de estar en el presente?
Yo
1: ¡Pues no es mala idea! Puedo salir a correr de una forma distinta, probar
algo diferente…
Pues
ahí estaba yo, dispuesto a intentar eso tan raro del “Mindfulness” pero sin
saber cómo, ni dónde, disfrazado con ropa del decathlon y con mí inseparable Ipod
para ir todo el camino escuchando música, a ver si se me pasaba más rápido el
trayecto…
Después
de un rato corriendo decidí ir por un camino diferente (ya puestos a hacer
cosas diferentes) y para mi sorpresa a los 2 minutos apareció un bosque ante
mis ojos, ahí, en medio de tanto asfalto, casas, coches, gente…
Mi
primera reacción fue pararme a observar, después me quité los auriculares para
poder escuchar lo que allí estaba pasando y poco a poco dejé de correr; me
senté en el suelo, notando como la sangre fluía acelerada por mis piernas, mis
pulmones no dejaban de expandirse y contraerse, el latido de mi corazón me
tocaba el pecho, latía rápido…
De
pronto una pregunta me recorrió mi cabeza ¿Todo
esto funciona solo? ¡Que maravilla!
Sentía
el canto de algunos pájaros, el viento tocando mi cuerpo ofreciéndome el
frescor que necesitaba en ese preciso instante, el ruido de las hojas en movimiento,
el olor a bosque, a naturaleza…
No
puedo explicar con palabras todo lo que allí sentí, hay que experimentarlo,
pero si os puedo asegurar que desde este día mi visión sobre hacer cualquier
cosa me ha cambiado.
Me
he dado cuenta de todas las cosas que me he perdido por el mero hecho de asumir
que funcionan autónomas y no les daba importancia, es como si supiera que están
ahí pero nunca les he llegado a prestar la suficiente atención.
¿Cuántas
cosas doy por sentado que funcionan solas y no les presto atención?
¿Cuántas
cosas hago o practico de las cuales podría disfrutar infinitamente mas estando
aquí y ahora, disfrutando de todo lo que me rodea en cada momento, sintiéndolo
intensamente?
¿Qué
juicios o creencias me llevan a no disfrutar de momentos únicos?
“Date cuenta profundamente de que el momento
presente es todo lo que tienes. Haz del Ahora el enfoque principal de tu vida.”
(Eckhart Tolle)
P.D: La foto de la entrada está realizada por mí el mismo día.
Podéis ver mi
proyecto en:
0 comentarios:
Publicar un comentario